Declarado inocente tras pasar veintiséis años en prisión
Un hombre de raza negra de cincuenta años de edad ha sido declarado inocente en los Estados Unidos de la muerte y violación de una joven, gracias a las pruebas de ADN. Lo grave del asunto es que esta persona ha tenido que pasar más de 26 años en prisión hasta que se ha demostrado su inocencia. Kevin Martin, fue condenado a 35 años de cárcel tras haber sido inculpado por otra persona. Tras más de un cuarto de siglo privado de libertad ha sido declarado inocente por un juez federal de Washington.
“siempre ha proclamado su inocencia”
El procurador Ronald Machen, había solicitado también, al igual que la defensa la absolución de Kevin Martin. “Hace ya casi 30 años que el Sr. Martin fue etiquetado como un violador y un asesino”, declaró el procurador”. Es cierto que tenía antecedentes por robo, y quizás eso nos influyó para acusarlo injustamente de agresión sexual y asesinato, pero ya ha pasado demasiado tiempo en prisión”, subrayó Ronald Machen en un comunicado.
“Durante los últimos tres decenios, el Sr, Martin ha declarado insistentemente su inocencia y hoy, nos reunimos aquí para solicitar al tribunal que limpie su nombre” expuso el procurador ante el juez, a la vez que instaba a reseñar la importancia de identificar y corregir los errores judiciales.
Cuando se cometió el crimen en la primera mitad de los años ochenta, aún no existían los tests de ADN. Ahora la huella genética del condenado ha sido comparada con una muestra de esperma hallada en el cuerpo de la víctima, Ursula Brown.
Los resultados de los exámenes de ADN han venido a demostrar la inocencia de Kevin Martin, quien reside actualmente en California.
Más de 300 inocentes gracias al ADN
La organización “Innocence Project” estima que más de 300 personas condenadas han sido declaradas inocentes en los Estados Unidos por las pruebas de ADN, 18 de cuales se encontraban ya en el corredor de la muerte. El 70% de ellos eran personas de raza negra.
A finales de la década de los años 90, la Inspección General del Ministerio de Justicia de los Estados Unidos, ya había detectado graves irregularidades cometidas en los análisis de los laboratorios del FBI en Quantico, Virginia, en varias investigaciones judiciales.