Asesinos en serie que actuaban juntos y coordinados
No suele ser una cosa habitual, que los asesinos en serie se unan y colaboren para cometer sus asesinatos. Normalmente son lobos solitarios que prefieren actuar por su cuenta. Sin embargo hay casos excepcionales como el que tratamos hoy en el blog.
Un ciudadano chino identificado como Yang Shubin, frecuentaba pubs y discotecas nocturnas en las que se presentaba como director de una importante central eléctrica. Consumía bebidas caras y mostraba importantes fajos de billetes en público. Muchas mujeres se sentían atraídas por él, pues tenía verbo fácil y era generoso haciendo regalos. Su estrategia consistía en convencer a alguna de ellas para que le acompañase a su apartamento. Una vez allí, la víctima se encontraba cara a cara con Ji Hongzie, una asesina en serie de apenas veinte años, amiga personal de Yang Shubin y con otros dos asesinos más identificados como Wu Hongye y Zhang Yulian. Todos ellos, formaban una asociación de asesinos en serie para torturar y asesinar.
La víctima era atada a una silla y golpeada con porras extensibles, a la vez que se le instaba a facilitar la contraseña de su tarjeta de crédito. Si no cedía era brutalmente torturada. Si lo facilitaba procedían a retirar el dinero en un cajero automático. Posteriormente la obligaban a telefonear a alguna amiga para que la convenciese a venir al apartamento. Cuando acudía corría la misma suerte. Los cuerpos de las víctimas eran desmembrados, cocidos y posteriormente pasados por una picadora de carne. Los restos eran abandonados en papeleras y contenedores de basura. Los asesinos se desplazaban a continuación a otro barrio o a otra ciudad.
Entre los años 1998 y 2004, consiguieron hacerse con un botín de más de dos millones de yuans (unos trescientos mil euros).
En el año 2001, en la antigua ciudad de Canton, torturaron a dos hermanas durante trece días. Las jóvenes aprovecharon que las dejaron solas para escaparse. Cuando la policía se personó en el apartamento, los miembros de la banda ya habían desaparecido.
En el año 2002, en la ciudad de Jilin, un vecino de un edificio de apartamentos detectó que los desagües estaban atascados. Cuando vinieron a limpiarlos se encontraron que la obstrucción era causada por trozos de carne humana. Se dio orden de busca y captura contra los cuatro asesinos, pero desaparecieron sin dejar rastro.
El gobierno chino puso un interés personal en encontrarlos y mandó establecer una búsqueda exhaustiva y seguir a amigos y familiares de los delincuentes.
Hubieron de pasar nueve años hasta que dieron con ellos. En noviembre de 2011 fueron localizados y detenidos en la ciudad de Baotou en Mongolia, donde vivían en una casa apartada. Tenían identidades falsas y se hacían pasar por una familia honesta propietaria de un salón de masaje y una sala de billares.
La policía china declaró que se trata de un caso sin precedentes en la China actual.
A día de hoy se desconoce el número de personas que pudieron ser asesinadas por esta banda organizada de asesinos en serie.
Informa: Insignia Online
Fantastic Webpage, Stick to the good job. Many thanks.|